Toca una receta de cuchara de esas fáciles, resultonas y que sientan bien.
Primero picamos la cebolla, el puerro y el ajo (no hace falta cortarlo demasiado bien porque luego se va a moler) y lo ponemos a pochar en un caldero con un poco de aceite y sal. Cuando la verdura esté blandita añadimos los champiñones cortados y los rehogamos, regamos con un poco de vino blanco.
Una vez que el vino ha evaporado ponemos agua hasta cubrir las verduras, añadimos media pastilla de avecrem (de pollo o de verduras), la papa cortada en trozos y dejamos cocer. Trituramos hasta conseguir una crema fina. A mi me gusta ponerlo en la batidora porque es más rápido, pero si no tenéis también se puede hacer con la batidora de mano, minipimer o minipili como la llamaba mi abuela.
Volvemos a poner en el caldero y le añadimos la nata, la pimienta, la nuez moscada y calentamos hasta que espese un poco y quede una consistencia cremosa.
Ya está lista, no tardas más de 20 minutos y tienes un plato de cuchara sano, ligero y buenísimo. Ahora solo queda sentarse a la mesa y disfrutar.
Se puede acompañar de pan tostado o jamón serrano en taquitos.
* Si quieres preparar una versión más ligera puedes evitar la nata o sustituirla por leche evaporada. Aunque la nata le da un toque de cremosidad único.
* Para que los champiñones no se ennegrezcan demasiado y la crema no quede con ese color marrón tierra tan feo se le puede echar un chorrito de limón cuando se están rehogando.
¡Buen provecho!
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